“Teniendo en cuenta el énfasis que ponemos en el individualismo en nuestra cultura, no es de extrañar que la satisfacción sea un tema tan importante en nuestras interpretaciones del humanitarismo. Creemos, ante todo, que el individuo debe ser responsable del humanitarismo, no el gobierno, ni una organización, ni la sociedad en abstracto, ni siquiera la familia. Pero para
que el individuo sea humanitario debe tener recursos: ser fuerte, tener un sentido claro de su identidad, cuidar de sí mismo. No puede ser un espacio vacio. La satisfacción es la fuerza, la identidad, la autoestima que necesita el individuo para ser altruista. La satisfacción también es el pretexto para ser humanitario en nuestra cultura.”