jueves, 15 de mayo de 2014

Qué es bioética

La bioética nace en Estados Unidos a principios de los años sesenta. En su inicio apuntaba a dos posibles lineas de desarrollo, una muy global que incluía problemas de población, recursos y medio ambiente (Potter), y junto a ella, había otra linea que se circunscribía a las ciencias de la salud (André Hellegers). Hoy, la palabra bioética se circunscribe primordialmente al ámbito de la bioética clínica, en sus aspectos asistenciales, investigación y docencia. 

Aunque en su origen autores como Daniel Callahan decían que la “bioética no puede considerarse una disciplina en el sentido pleno de la palabra”, el mismo autor años después  afirmará que “ha pasado a significar más que un campo concreto de la investigación humana entre la ética y las ciencias de la vida,[…] es un nuevo campo que surge como consecuencia de los importantes cambios científicos y tecnológicos”. La bioética se ha constituido como una nueva rama del saber ético que en cuanto tal proporciona un ámbito teórico especial para abordar problemas éticos antiguos y nuevos relacionados con la vida humana.

Si tuviéramos que una definición del fenómeno bioética que resalte lo nuclear de su pretensión dialogal entre las ciencias de la salud y las humanidades. Esta definición recogida del Dr. Francesc Abel S.J. sirva de homenaje y reconocimiento tras su reciente fallecimiento: “La bioética es el estudio interdiciplinar (trasdisciplinar) orientado a la toma de decisiones éticas de los problemas planteados a los diferentes sistemas éticos, por los progresos médicos y biológicos, en el ámbito microsocial y macrosocial, micro y macroeconómico, y su repercusión en la sociedad y su sistema de valores, tanto en el momento presente como en el futuro”. 

La bioética a lo largo de las últimas décadas se ha hecho diferentes preguntas. Inicialmente se preguntaba por si todo aquello que técnicamente es posible realizar, es aceptable éticamente. Esta pregunta que sigue siendo actual se solapa con otra que surge de la realidad misma: dando por supuesto que lo técnicamente posible, se realizará si existen los medios necesarios para ello, ¿cómo y quien pondrá unos límites para asegurar que aquello que se haga ayude al progreso humano? Finalmente, puesto que estos progresos se traducen en ámbitos de poder económico, social y político que necesitan ser controlados para no caer en la corrupción, la pregunta bioética se convierte en ¿quién y cómo se controlará a los controladores?

En el ámbito asistencial, la voluntad de humanizar la salud se concreta, entre otras cosas, en la creación de Comités de Ética Asistencial que integren el pensamiento bioético en las Instituciones. Estos Comités pretenden promover como metodología de trabajo la interdisciplinariedad, mejor dicho, el diálogo interdisciplinar entre personas competentes. El fin último es promover una “democracia deliberativa” entre todos los sujetos afectados por las decisiones éticas en aquellos lugares donde se den conflictos de valores.

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