Nigel van Wieck, Conectando, 2015. |
"Aprende a respirar, detente a contemplar y te darás cuenta de que ya está la muerte en la vida, y la vida en la muerte; porque respirar es vivir, y respiramos, vivimos y somos en el seno de lo absoluto, que nos hace vivir y no nos dejará morir. Si estoy asentado en la realidad absoluta, ya he
trascendido el mundo, y no debería preocuparme de si es mejor vivir o morir. Cuanto más me empeñe en olvidar la muerte, tanto más me obsesionaré con ella. No te lamentes por la muerte, ni la desees como un nirvana. Comprende que tu destino es divinizarte, que vida y muerte, nacer y morir son aconteceres en el seno de lo absoluto. Asi verás que, ya dentro de la vida que ahora vives, se te abre una perspectiva de eternidad que trasciende la vida y la muerte. Si nos obsesionamos con el nacer o con el morir, perdemos la vida. Pero cuando no rechazamos con aversión la muerte, ni suspiramos con deseo por ella, entonces hemos llegado al corazón de la iluminación. Pero no trates de representartelo ni de expresarlo en palabras. Deja que olvidado de ti, se derritan los límites de cuerpo y mente en el seno de lo absoluto. Asi nos hacemos lo que somos: uno con el absoluto". Dogen (1200-1254)
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